jueves, octubre 25, 2007

Marx...

(...) si hemos elegido una profesión para la que no tenemos talento jamas podremos ejercela bien, y pronot nos daremos cuenta con vergüenza de nuestra incapacidad y nos diremos que somos unos inútiles, que somos incapaces de satisfacer nuestra vocación. Entonces, la consecuencia más natural es el autodesprecio, ¿y qué sentimiento es más doloros y más difícil de compensar a pesar de todo lo que el mundo exterior pueda ofrecernos? El autodesprecio es como una serpiente que mordisquea nuestro pecho, absorbiéndonos la sangre del corazón y mezclándola con el veneno de la misantropía y la desesperación. (...)

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