miércoles, febrero 25, 2009

Embriaguez de domingo.

Si si bla bla bla ya es jueves o casi jueves pero por alguna razón he traído en mente esto desde el lunes. ¿entonces porque se titula "de domingo? Vaya, es como la resaca, cruda o como se le diga, pasa al dia siguiente (francamente yo no se demasiado de esto, aunque conozco a varios versados en el envenenamiento personal -porque a eso se debe el malestar, a lo tóxico de la sustancia-) en fin, no juzgare (mas) los "pasatiempos" de los demas. El título es solo un modo alegórico de expresar lo que sucede despúes. No consumí alcohol dicho día. A pesar de ello, no pude evitar sentir un aturdimiento durante el lunes... A veces creo que hace mucho tiempo que no vivo esos dos dias, que el fin de semana, más que el ansíado descanso, es la antesala de otra semana, un camino del cual el destino es sabido y es pues tiempo mancillado por la preocupación, por la necesidad de hacer algo ¡algo! con ese precioso tiempo. ¿que angustia no? De modo que el lunes cae la embriaguez o postembriaguez del domingo. Diría que es una especie de caída libre, pero mejor sería decir que es una caída, no importa el tipo. Caída extraña de un día que no debería existir, pero que existe cada siete días en los que un gran numero de personas termina su vida, con causa racional o sin ella, voluntaria o involuntariamente. Usando una expresión antigua pero que me causa cierta gracia digo: "que barbaridad" y termino esta entrada.

martes, febrero 24, 2009

Veinticuatro

94608000 segundos...

viernes, febrero 20, 2009

Today is the day, tonight is the night

Simple phrases that have a lot of sense and meaning for people who have plans, expectations and such, specially on the short term. Marginal people expect to have, at least, a day or a night where their thoughs don't disturb their efforts to live in a universe that doesn't understand them, nor have a place for them. Nevertheless, most of them yearn to belong to that world. Yearn to have a place in the universe order, a place to call their own. Yes, people walk, go to the movies, plan their weekends to grab a drink at a bar with their friends. Marginal people just think....what if.....

Poco que escribir (decir)

O será que simplemente no tengo la pinche puta gana de hacerlo, solo tenia ganas de citar algo que parece no tener sentido en este momento, pero que de algún modo parece resonar:

Sería absurdo que un hombre no eligiera su propia vida, sino la de otro.

martes, febrero 17, 2009

Marginalidad

Otro tiempo, otras palabras. Otros pensamientos, otras ideas. Investigaciones y teorías sobre un personaje histórico, pilar de la cultura occidental sugieren que en su entorno original era marginado. Y esa palabra, pero más que nada, su sentido, su significado, resonaron dentro de mi al grado de orillarme en este momento a escribir al respecto. No pude menos que realizar una pequeña recapitulación de mis recuerdos, en los cuales dicha palabra aparecia, o describia ese momento captado dentro de mi cabeza. Marginal: al margen, lejos del centro, no importante, secundario. Fuera de la norma quizás sea otro sinónimo, o parte de la connotación de esa palabra. Connotación que es coloquialmente negativa. Que conlleva a una situación de no normalidad. ¿Hasta que punto es eso bueno o conveniente en un mundo como este? Mi experiencia me dice que no demasiado. O tal vez si es bueno, pero no conveniente, porque resulta que el resto no son buenos.  Que ser diferente significa tener un "destino" algo más cruel en un mundo como este. Marginalidad al extremo, marginal dentro de cada categoría o grupo en el que se podría clasificar la existencia que lleva el autor de estas letras. En fin. La coherencia para escribir termino por hoy.

Horas y kilómetros después.

Horas y kilómetros después. Cielos extraños, vientos sofocantes. Humo y polvo. El tiempo sigue corriendo y tengo que cumplir con las obligaciones (realmente lo son) o quizás con los horarios de las actividades estructuradas. Escuchar con atención debiera ser siempre la consigna y hacerlo debiera ser un placer. Pero no siempre es así. La disposición es algo extraño. Los nervios y el stress se hacen presentes en la primera hora. El miedo a no ser lo suficientemente bueno (cuando en tu mente "suficientemente bueno" significa ser absolutamente el mejor), a no saber lo suficiente, a no poseer el entendimiento y, sobre todo, a fracasar en aquello que creo es lo único para lo que valgo. El miedo es más grande cuando ese pensamiento cruza por la mente. Los siguientes minutos transcurren entre extrañezas, entre alzar la ceja ante una didáctica que juzgo ineficiente y entre ideas que a pesar de su solidez no resuenan demasiado. Las preocupaciones habituales en mi van y vienen a lo largo del día, atentando contra la supuesta concentración que debiera tener en lo que estoy realizando. Miedo a lo inevitable, al destino de todos humanos. Todos sabemos que ocurrirá, más no sabemos la hora. Y es como este juego cruel de alguna entidad que la biología y la fisiología intuyen esta relacionada con mi cerebro y sus sustancias químicas, que me estruja con sus cadenas, atándome al tiempo que no es, a las cosas que han de suceder a mi familia, pero de lo que no tengo certeza real (quién rayos pasa una parte de su tiempo diario preocupándose por ello, esa es mi anormalidad). Una mala película me hace lanzar palabras agudas y nefastas, tener un semblante más sombrío o indiferente de lo normal y pensar una y otra vez el porque de la existencia de películas tristes,  que reafirman lo que ya sabemos y acentúan lo que ya sentimos. Interacciones poco significativas durante varias horas en un espacio común donde supuestamente aprender debe ser el objetivo y es hora de volver al refugio. Paso por un comercio donde, con receta en mano, solicito una cura mágica. Recibo la caja, entrego el dinero. Píldoras para la modernidad...píldoras para algo que antes no existia, ignoro la causa. Tal vez sea solo parte de una gran conspiración, como muchos afirman. Igual las consumire, porque a pesar de todo tengo esperanza. Si no fuera así, ni me tomaría la molestia. Quisiera que nada me importara y vivir una vida carente de esas extrañas necesidades afectivas, de realización, de interacción con todos esos tus. Es ahora, cuando empiezo a perder la coherencia, que me doy cuenta que es hora de dormir y seguir tratando de escapar.

lunes, febrero 16, 2009

Lo intenté.

Así es, este pasado sábado 14 de febrero intenté realmente procurar que el día pasase como lo que era: un día común, tan común como cualquier otro. Caminando por la calle, riendo irónicamente al pasar por las florerías, mirando como las personas se apiñaban buscando un arreglo, un ramo, una flor; junto a las tiendas de regalos, mientras compradores buscaban una tarjeta, un muñeco, o uno de esos artículos llamados "detalles" cuya razón de existir es, al parecer, ser un desperdicio de dinero y recursos que acaba en algún estante acumulando polvo y estorbando, mientras camaleónicamente se funde con el entorno de nuestra habitación hasta pasar desapercibido. Si, orgullosamente caminaba esa tarde por las calles de mi ciudad (o pueblo) natal observando el movimiento a mi alrededor, sustraído en apariencia de la realidad anímica y temporal de los demás. Evidentemente, había logrado mi cometido, escapando del remolino consumista y mercadológico de estos dias. Pero sobre todo, de mi propio sentimiento, el cual, presionado por el exterior, era vulnerable. Incluso tenía expectativas positivas, ya desde que llegara a mi casa el día anterior, potenciadas por mi sesión de terapia de ese día (terapia en 14 de febrero... debiera ser el negocio de la época). En fin, despues de mi caminata y demás asuntos, mientras me encontraba ya en mi habitación, "planeando" de un modo u otro las horas que habrían de suceder inmediatamente, el peso de la realidad que prima desde hace tiempo en mi vida se hizo presente. La soledad. Y de ese modo en rabia y soledad habrían de transcurrir esas horas, mirando inútilmente los monitores de la computadora y el teléfono celular, levantándome, sentándome, abriendo y cerrando páginas y aplicaciones, deseando estar en cualquier otro lugar, o mejor dicho, deseando no estar y cuestionándome, tal como me cuestiono cada día los qués, los por qués, los comos... tratando de escapar cuando ya tarde y perdida la ilusión de una noche mejor, miraba la televisión, donde 70 y tantos canales no tienen nada que pueda llenar el vacío. ¿Qué queda? tratar de conciliar el sueño en una madrugada que no tenía, igual que el día que la precedió, nada de especial. Para comenzar con un amanecer que no ví, porque el embotamiento era grande, y la sensación...vuelve apenas llega la conciencia.

domingo, febrero 08, 2009

Really?

Really... I was thinkin' about writing the last few days and a title wandered in my head: Being crazy. Was going to write about being crazy, how does it feels, what do crazy people think of, what they do, how crazy people goes through life. 

And then a little issue came up: there isn't a type of  "crazyness". Every crazy people is different and feels different in their own particular crazyness...or madness, don't know which word fits best. So, I posposed this post because I thought it wouldn't be relevant or significant, that it wouldn't have any purpose or meaning and it wouldn't be interesting, even for me.

But the origin of the idea was to explain other my crazyness. I often find myself inquired about the things that I think and feel in my crazyness (well, not that often, but sometimes it happen). What can I say? It's not something that I call for. Isn't neither something that I can get rid off so easily. Does the flu goes away with the solely thought? Don't think so. Neither this. Hey, postmodernity, is there a pill for that? Don't think so either. Are pills magic? Nop, they're not.  There is always hope. That is something hard to lose. Fortunately.

martes, febrero 03, 2009

A question in mind.

Peace is a word often used, but rarely understood. Hapiness, a term that is frequently confused.  And somehow, my mind just related both, tried to make a fusion, in an effort to find something to ease the turmoil of  my toughts. Finding a calm inner place, where things aren't found clashing in the speed of anxiety. Where the need to talk is fulfilled without restrains or fears. Are things solved talking? I don't know. It is said that in fact problems can be addressed that way, or at least, the feelings that problems create can be relieved speaking. I haven't speaked. It seems I have forgotten how to do it. Not in the way of creating sounds with my mouth and tongue, but in the way of letting them go out of my mind. The chains of silence are heavy, and seem to condemn you to loneliness...

Chains of silence...