jueves, diciembre 22, 2005

Empecemos con esto de una buena vez.


Podemos suponer que una persona es budista, y vive en un monasterio alejado en la India, Nepal, Corea o algún lugar de esos, que los mortales del proletariado como yo solo han visitado en sus sueños y a través de la internet o por televisión.

¿Se va a ir al infierno?

Tenemos al señor X. Esta persona no profesa la fé cristiana (católica sería la mayoría, en el caso de muchos paises americanos y europeos, alguna confesión protestante en el caso de EE. UU.,) Esta persona es piadosa, hace lo que damos en llamar "buenas obras" y vive una vida "recta" en el sentido tradicionalista de estas religiones.

¿Se va a ir al infierno?

Dos personas se aman tremendamente. Desean pasar su vida juntos, amarse, respetarse, cuidarse. La idea "normal" de un matrimonio. Se llaman Juan y Alonso (O Rosa y Karla).

¿Se van a ir al infierno?

¿Se van a ir al infierno todos los shintoistas, a pesar de ser buenos, pero por no seguir los dogmas, cristianos, musulmanes, brahmánicos?

Era esta la finalidad de estos pequeños artículos. Más que llegar a una conclusión, iniciar una lluvia de ideas (aunque se que este blog no es lo más popular de la internet)

La mayoría de las religiones son, a mi punto de vista, un camino valido para llegar a ese componente eterno, inmortal, supremo (el ser ultimo o absoluto, según la filosofía).

Dios. Atman, o como quiera que le llamen, y la fusión o encuentro con dicha entidad, llamese salvación, iluminación.

Y creo que si existe esta "entidad suprema" en el universo. Despues de todo


"No hay pueblo tan salvaje ni tan rudo, que no sienta su entendimiento invadido por el pensamiento de Dios"
- Cicerón
Porque incluso el hecho de negarlo es afirmarlo. Aquí el hecho primordial, que debe estar por encima de cualquier dogma, o regla es un punto que parece que olvidamos. El bien. Tan difícil definirlo, y por tanto, llegar a él.

Una serie de valores supremos. Y a pesar del creciente "relativismo moral" en el que caemos, aun asi tiene que existir un parámetro igual para toda la humanidad, una consciencia colectiva a la que probablemente no escuchemos, cegados por nuestro egoísmo y nuestra evasión de la vida propia, o la busqueda de otros tipos, ya no de bienes, sino de placeres o ilusiones (o maya segun los seguidores de Buda).

Y he aqui, que con mi limitado entendimiento, pero con toda la intención de llegar a uno de estos valores supremos (la verdad) o de acercarme lo mas posible a ella, he aqui que pongo esta lista, de "mandamientos" cuya trasgresión representaría un verdadero "pecado".

  1. No hacer daño físico o emocional. (Jesucristo: Amaos los unos a los otros).
  2. No hacerTE daño físico o emocional. (Amate a ti mismo)
  3. No hagas daño a tu entorno. (Cuida el mundo, solo es uno)
Y que más queremos. Con estas tres premisas tendríamos para tener un mundo en armonia. Velar por el propio bien, por el bien ajeno, y el del entorno. Dentro de la categoría "daño" cabría una larga serie de conceptos, como: hostigamientos, lesiones, maltrato psicologico, sometimiento..etc; toda una caja de pandora.

Algunos ejemplos: segun estas premisas, no estaría mal gozar del placer sexual, a menos que esto me causare algun daño físico o psíquico o a otra persona o al entorno en el que vivo.

No estaria mal gozar de placeres, pero no seria correcto si su obtencion no fue licita (a alguien tuve que dañar, incluso de modo indirecto para obtenerlos); o porque tal vez estos placeres me alejen de la felicidad. Se puede tener mucho dinero y propiedades, y no ser feliz. Se pueden tener muchas parejas sexuales o experiencias exitantes, pero a la vez, sentirse desolado.

Estaria mal ser indiferente ante el sufrimiento de los organismos del universo. (Poder ayudar a una persona pobre y no hacerlo)

Desperdiciar recursos seria una ofensa al planeta.

¿y esto me conecta a Dios?

Yo creo que si. En cierto modo, sería una forma muy prágmatica de buscar la salvación o el nirvana. No digo que la oración, la meditación, las experiencias místicas sean actividades supersticiosas y sin sentido, pero del mismo modo, el correcto pensar y el correcto sentir deben acompañarse de un correcto actuar, que venga de uno mismo, más que del miedo a un pozo oscuro lleno de azufre y fuego, o a reencarnar en un perro.

Asi que, ¿por qué no dejar de ver con recelo a los de "otras religiones" y dejar de flagelarnos y preocuparnos por quien se acuesta con quien, quien se divorció, quien comio tal tipo de carne, quien no se puso velo para salir de la casa y nos concentramos en lo realmente importante?

La verdad, creo que a Dios eso le gustaría mas.

Ahora si,

Excomunión a mi....

jejejejeje

Opinen.

martes, diciembre 13, 2005

Prolégomeno II.

El texto que se encuentra en este mismo "blog" bajo el título de "Prolégomeno I", constituye uno de los capitulos o "Suras" de El Corán, libro sagrado de la religión musulmana, que hace a su vez de código civil en muchos de los países donde esta religión es mayoritaria (generalmente, países árabes).

Prejuicios aparte es posible observar la similitud en ciertos aspectos (algunos visibles en este pequeño fragmento) con las religiones occidentales, básicamente, con las distintas ramas de la cristiandad. El contexto de piedad y bondad. El concepto de un libro "normativo", que podemos comparar con el "Levítico" del Antiguo Testamento Judeo Cristiano. De la lectura de este libro, lo que podría sorprender a muchos es ausencia de incitaciones a la violencia o a una "guerra santa", contrario a la popular creencia.

Todo esto sucede, más que nada, por tener un antecedente cultural, regional y étnico, que se ve mitificado en el mito de Ágar e Ismael.

Esto les dejo queridos 3 lectores. Saquen sus conclusiones y comentarios por lo pronto y háganmelas saber.

jueves, diciembre 08, 2005

Castellano.

En castellano me expreso. Quizá un mal castellano. Quizá un castellano pueblerino y poco culto. Pero castellano en fin. Ya no español (en España se hablan al menos 4 lenguas diferentes, catalán, gallego, vasco y castellano, hasta donde se), sino Castellano. El castellano del país que tiene el mayor número de hablantes de la lengua. El castellano de acento fuerte y sonoro del norte de México. Inundado de neologismos y barbarismos. Rociado de palabras autóctonas, propias y extrañas(tesgüino, coricos, papalote, nopal, huitlacoche, aguacate). Un castellano imitado. Un castellano, a veces limitado. Común para quienes nos expresamos en ella. Romántica y exótica para los anglosajones. Una sola, y a su vez, muchas diferentes. (¿que diablos es molá?¿por qué la afición argentina de convertir las palabras de graves a agudas?¿por qué los venezolanos se van de marcha?¿por qué los cubanos comen "galleticas"?)

Y a pesar de eso nos entendemos. No cabe duda que es una lengua con pasado y con un buen futuro. Como siempre, depende de que nosotros, ahora portadores de la estafeta, nos encarguemos de enriquecerla. Porque no solo en los libros y las grandes obras se fortalece una lengua, sino en el uso diario, en la vida misma del hablante.

"Uso el italiano para hablar con los hombres, el francés para hablar con las mujeres, y el castellano para hablar con Dios."


Hasta Luego.