El año nuevo (que realmente es una convencionalidad, pero bueno, esa es otra historia) por lo general brinda sensaciones de esperanza y de propósitos, buscando un cambio en nuestras propias actitudes, nuestra suerte, nuestras circunstancias y pone en nuestras mentes, si bien, de manera breve, la idea de comienzo. Esto me recuerda ciertas ideas de Hannah Arendt, respecto al nacimiento (de los humanos) que bien podrían ser adecuadas:
el nuevo comienzo inherente al nacimiento se deja sentir en el mundo sólo porque el recién llegado posee la capacidad de empezar algo nuevo, es decir, de actuar...
Es todo por el momento...
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